En una carta escrita al conde Mauricio Serna en Bolonia, 1726, Sir Jaap Stam escribe:

"Londres está cambiada desde su última visita. ¿Recuerda usted el ameno paseo por Greenwich park? ¿Recuerda el silencio y la soledad del sendero? Hoy una serie de bancas rodean el camino y son cada vez más las personas que se extienden en larga conversación. Vociferan, como todo ciudadano de a pie, y no regulan ni buscan privacidad en su diálogo.

Veo sin embargo cierta esperanza en algunos hombres que, sentados uno junto al otro, contemplan sus periódicos y apenas susurran para hacer fácil su lectura. Imagino un mundo más quieto, donde todos mantengan esa muda calma. ¿No sería bello, respetable Conde?"